Hace 30 años, la unión de dos colosos cambiaría por completo la historia del deporte. En setiembre de 1984, el por entonces joven y prometedor Michael Jordan firmó un contrato de exclusividad con la marca Nike que lo convertiría en un ícono mundial.
Por aquellos años, Nike era una firma consolidada en el mercado de zapatillas de los Estados Unidos, pero todavía no había dado el salto planetario que realizaría luego.
Por su parte, Jordan era una gran promesa que venía de Carolina del Norte, y acababa de sumarse a los Chicago Bulls. El dueño de Nike, Phil Knight buscaba ganarle mercado a quien era, por entonces, su competidora: Reebook. Y para eso contrató a un basquetbolista.
Por supuesto, Jordan no era más que un jugador con mucho potencial. Pero era una apuesta que Nike estuvo decidido a hacer.
Dicen que fue difícil convencer a Michael, quien estaba empeñado en hacer que su agente firmara con Adidas. Pero Knight le ofreció todo: dos autos, un contrato millonario y, lo más importante, zapatillas especialmente diseñadas para él.
Nunca, hasta setiembred de 1984, una empresa de ropa deportiva había hecho eso: personalizar un producto al nivel de hacerlo único. Pero con Jordan, Nike estaba dispuesto a hacerlo.
El contrato
Finalmente, Jordan dijo sí. Serían 5 años de exclusividad.
Pero Nike no estaba dispuesto a regalar su dinero. El contrato, el primero que firmaron, tenía tres objetivos para el basquetbolista, de los cuales tenía que lograr uno: debía ganar el premio al "Novato del Año", debía convertirse en un All-Star debía haber marcado un promedio de 20 puntos por juego. Si en los próximos tres años, no conseguía alguno de los tres, la empresa podía dar de baja el acuerdo.
Alguien planteó una duda. "¿Pero qué pasa si Jordan no consigue alguno de los tres objetivos, pero las zapatillas se venden mucho", preguntaron. A lo que le contestaron: "Si Jordan consigue vender 4 millones de dólares en zapatillas en los primeros tres años, los otros dos se le cumplirá el contrato".
A los pocos meses, nació lo que sería un producto inigualable: las "Air Jordan". Zapatillas Nike especialmente diseñadas para Jordan y... de color rojo y negro. "El color del diablo", dijo Michael al verlas.
Lo demás fue puro éxito, aunque no sin contratiempos. La NBA no estaba dispuesta a que un jugador utilizara zapatillas de colores (recodemos, era 1984) porque la política de la Liga de los Estados Unidos eran calzados blancos. Nike recibió multas por cada vez que Jordan jugó con las "Air" y las pagó a todos. La publicidad estaba haciendo efecto.
El comercial donde Nike denunció que la NBA los prohibía:
Jordan comenzó a volar. En su primera temporada en los Bulls, promedió 28.2 puntos por partido y sí, fue el "Novato del Año". Su rebeldía, su calidad y sus zapatillas especiales fueron irresistibles
Por aquellos años, Nike era una firma consolidada en el mercado de zapatillas de los Estados Unidos, pero todavía no había dado el salto planetario que realizaría luego.
Por su parte, Jordan era una gran promesa que venía de Carolina del Norte, y acababa de sumarse a los Chicago Bulls. El dueño de Nike, Phil Knight buscaba ganarle mercado a quien era, por entonces, su competidora: Reebook. Y para eso contrató a un basquetbolista.
Dicen que fue difícil convencer a Michael, quien estaba empeñado en hacer que su agente firmara con Adidas. Pero Knight le ofreció todo: dos autos, un contrato millonario y, lo más importante, zapatillas especialmente diseñadas para él.
Nunca, hasta setiembred de 1984, una empresa de ropa deportiva había hecho eso: personalizar un producto al nivel de hacerlo único. Pero con Jordan, Nike estaba dispuesto a hacerlo.
El contrato
Finalmente, Jordan dijo sí. Serían 5 años de exclusividad.
Pero Nike no estaba dispuesto a regalar su dinero. El contrato, el primero que firmaron, tenía tres objetivos para el basquetbolista, de los cuales tenía que lograr uno: debía ganar el premio al "Novato del Año", debía convertirse en un All-Star debía haber marcado un promedio de 20 puntos por juego. Si en los próximos tres años, no conseguía alguno de los tres, la empresa podía dar de baja el acuerdo.
Alguien planteó una duda. "¿Pero qué pasa si Jordan no consigue alguno de los tres objetivos, pero las zapatillas se venden mucho", preguntaron. A lo que le contestaron: "Si Jordan consigue vender 4 millones de dólares en zapatillas en los primeros tres años, los otros dos se le cumplirá el contrato".
A los pocos meses, nació lo que sería un producto inigualable: las "Air Jordan". Zapatillas Nike especialmente diseñadas para Jordan y... de color rojo y negro. "El color del diablo", dijo Michael al verlas.
Lo demás fue puro éxito, aunque no sin contratiempos. La NBA no estaba dispuesta a que un jugador utilizara zapatillas de colores (recodemos, era 1984) porque la política de la Liga de los Estados Unidos eran calzados blancos. Nike recibió multas por cada vez que Jordan jugó con las "Air" y las pagó a todos. La publicidad estaba haciendo efecto.
El comercial donde Nike denunció que la NBA los prohibía:
Jordan comenzó a volar. En su primera temporada en los Bulls, promedió 28.2 puntos por partido y sí, fue el "Novato del Año". Su rebeldía, su calidad y sus zapatillas especiales fueron irresistibles
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